Elden Ring
Soy fan de los juegos de From Software, así mal. Soy de esos que creen que sus juegos son la cumbre de este medio, que justifican a morir su narrativa y sus sistemas de combate. Literalmente, creo que Dark Souls cambió no solo mi forma de ver los videojuegos, sino que hasta mi forma de ver la vida. Bloodborne, por su parte, no me gustó en la primera partida, pero cuando le volví a dar una oportunidad, se volvió mi favorito de los que seguían la fórmula clásica. Sekiro fue todo lo contrario, ahí fue amor a primera partida, y hasta el día de hoy creo que esa obra tiene el mejor sistema de combate de la historia. Tal es mi cariño a estos juegos, que me compré el Armored Core VI de lanzamiento, sabiendo que no era tan de mi estilo.
Elden Ring, dentro de todo, no fue la excepción. Mi primera partida me encantó y le metí 120 horas. Consideré que su historia era la mejor de todo lo que ha hecho Miyazaki, y que la impresionante variedad de armas, magias y opciones lo hacían también el poseedor del mejor sistema de combate. Sí es verdad que se me hizo demasiado largo para alguien acostumbrado a querer verlo todo en estos juegos... y también es verdad que utilicé todo el arsenal que el juego te da a su disposición; invocaciones y cenizas rotísimas. Estos dos últimos detalles se me hicieron muy notorios al final, por lo que quedé con un mal sabor de boca, a pesar de que disfruté como un niño al menos 100 de las 120 horas.
@gamememories._ en Instagram
Con el lanzamiento del DLC comencé una nueva partida, en la que voluntariamente no hice casi ningún mini-dungeon (a excepción de cuando necesitaba piedras para mejorar las armas) y apenas derroté a un par de jefes de esos random que aparecen por el mapa. También probé las magias y, voluntariamente, no usé ninguna invocación.
Y la verdad es que todas esas decisiones me hicieron disfrutar aún más el juego. Las magias de inteligencia son malísimas (eso, o no supe armar a mi personaje para que hiciera un daño decente), pero evitar alargar el juego con tanta catacumba y mina inservible lo hizo, al menos, 30 horas más corto. Mientras que el no usar invocaciones me hizo apreciar realmente las batallas contra los jefes, que salvo un par de excepciones (como siempre), son maravillosas.
Por lo que entré al DLC así, con una mucha mejor impresión de la que quedé la última vez que lo jugué.
@gamememories._ en Instagram
Mi impresión de Shadow of the Erdtree es que, básicamente, es más Elden Ring. En lo bueno y en lo malo. Comete los mismos errores del juego base, como jefes "injustos", zonas demasiado vacías y/o enemigos que se repiten, mientras que los momentos buenos vuelven a ser tan altos (o incluso más) como los de Las Tierras Intermedias.
La historia es maravillosa, nuevamente. Aún más, puesto que se le añade un toque de tristeza que a estos juegos les sienta muy bien. Hay un momento en particular de la historia de Miquella que me hizo decir en voz alta "oh no". No obstante, si no eres de los que sigue la historia de estos juegos (que es reconocida por ser difícil de seguir), probablemente esto te importe bastante poco.
La exploración también es 10/10. Nuevamente, puede que sea incluso un poco más, porque aquí no está la "gracia" que te guiaba hacia tus próximos objetivos. No soy fan de esta mecánica en el juego base porque siento que está de sobra; en Limgrave es evidente que tienes que ir al Castillo, en Liurnia es evidente que tienes que ir a la Academia, en Leyndell es evidente que tienes que ir a la zona con una ciudad gigante. Bueno, aquí no existe esta guia, y aunque al comienzo puede que sea un poco confuso, no pasan más de un par de horas antes de que tengas claro cuál es el objetivo final del juego y dónde tienes que ir para lograr llegar.
@gamememories._ en Instagram
Nuevamente, la variedad de armas, opciones en el combate y jefes es abrumadora, pero incluso aquí el juego mejora un poco, porque, a pesar de que hay un par de jefes que se repiten, estos son lo mínimo, a diferencia del juego base en donde hay como 242134230 avatares del Terrárbol y otros 7567560 hombre-bote.
No obstante, los bajos también son bien bajos. En la parte sur del mapa hay una zona bastante grande, muy bonita, pero en la que no hay prácticamente nada. Peor aún, lo poco que hay son un par de jefes que se repiten del juego base. Además, se hace importante ir, porque aunque no es obligatorio, sí hay un jefe y un personaje bien relevante para la historia.
@gamememories._ en Instagram
Sin embargo, lo peor (al menos para un purista de los souls), es que los jefes siguen sin estar diseñados para ser combatidos en solitario. Sí, al igual que el juego base, se pueden derrotar en solitario, pero cuando hay combos infinitos, zonas enormes de ataque en área, una agresividad impresionante, justo en el juego en que las invocaciones son posibles para todos los jefes, es porque, al momento de diseñarlos, se hizo teniendo en mente estas opciones que el jugador tendrá.
Lamentablemente, la inteligencia de los enemigos sigue sin estar preparada para tener a más de una persona peleando. El jefe solo puede estar concentrado en uno de quienes le atacan, lo que permite al otro atacar sin ningún problema ni peligro. Esto hace que, si no invocas, las peleas se vuelven frustrantes (sí, estoy hablando de tí, jefe final), mientras que si invocas se vuelven torpes, como si estuvieras aprovechándote de un bug del juego.
Ah, también siguen habiendo demasiados mini-dungeons que se vuelven repetitivos apenas encuentras el segundo.
@gamememories._ en Instagram
En términos generales, mis sensaciones con Elden Ring siguen siendo las mismas. Tiene momentos en que es el mejor juego de la historia, sobre todo cuando te metes de lleno en el mundo y en su historia, pero también tiene momentos que son muy frustrantes por decisiones estúpidas como reutilizar a un jefe 14 veces.
En todo caso, no creo que tenga que decir lo obvio (pero lo digo igual). Tanto el juego base como el DLC son recomendadisimos, a pesar de que no logre alcanzar todo su potencial.